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Cicatrices: La historia de T

 

La vida puede ser dura, y sabemos que durante los años de instituto, encontrar formas de afrontar el dolor, las relaciones fracturadas y los retos emocionales puede parecer abrumador. Creemos que todo ser humano está diseñado para prosperar, pero a veces puede parecer que la vida está a punto de aplastarte. Hace poco, preguntamos a una joven qué le gustaría decir a sus compañeros. Con valentía y honestidad, ¡comparte las luchas que experimentó, su intento de superación y su historia personal de crecimiento y superación! Lee la historia de T y déjanos un comentario. ¿Qué te resuena?

chica sentada al borde de un mirador

Con sólo una mirada, cualquiera puede ver las cicatrices apenas desvanecidas que se entrecruzan por todos mis antebrazos.

Hay cicatrices pequeñas, blancas y finas, de cuando empecé a cortarme, y cicatrices grandes, rosas y gruesas, de épocas profundas de depresión por heridas pasadas. En este loco mundo de dolor, el dolor físico es mucho más fácil de sobrellevar que el dolor emocional. Cada vez que me ponía el cuchillo o la cuchilla de afeitar en el brazo era como si todo mi dolor emocional se desangrara dentro de mí.

No sé exactamente cuándo empecé, pero se convirtió en una adicción. Una adicción con la que sé que luchan muchas otras personas a mi alrededor.

He vivido mucho en mis 18 años aquí en la tierra. La gente ha dejado muchas cicatrices en mi corazón y a cambio muchas cicatrices en mi cuerpo. He pasado por un trastorno alimentario, múltiples rupturas de corazón, acoso y mucho más. A menudo intento taparme los brazos, llevando mangas largas y sudaderas. Pero, ¿sabes qué? A veces me gusta dejar que se vean mis cicatrices. Creo que demuestra mi fuerza por lo que he pasado. ¿Estoy orgulloso de cortar? Por supuesto que no; ese fue sin duda un momento muy bajo de mi vida, un periodo en el que no estaba contenta de estar viva. Estoy orgullosa de mis cicatrices, no de las acciones del pasado.

Perdí la fe durante un tiempo mientras vagaba por mi oscuro mundo de depresión, y odiaba a Dios por echarme todo esto encima. ¿Qué había hecho yo para merecer todo esto? Odiaba que otros intentaran imponerme la religión. Tienes que encontrar a Dios por ti misma, tal vez con un poco de orientación; pero si rezas y pides fuerzas para seguir adelante, sé que Él responderá a tus plegarias y estará ahí en cada paso del camino. Cada persona tiene también formas distintas de expresar su fe. Otros pueden ir a la iglesia o tender la mano a los necesitados. Yo expreso mi fe en forma de tatuajes -que algunas personas no aprueban-, pero me encanta cuando la gente me pregunta por ellos, porque puedo decirles que esos versículos significan mucho para mí y me ayudan a vivir una vida más positiva. Tengo Proverbios 31:25 en la espalda, y rosas con 1 Corintios 16:14 en el hombro. He experimentado por mí misma que es increíble cuando alguien que se encuentra en un lugar oscuro invoca a Dios, y Él responde a sus oraciones y le da fuerzas para superar sus retos. Él está ahí. No tengas miedo de pedirle que te guíe. Me alegro mucho de haberlo hecho, porque sin mi fe no creo que hubiera llegado al lugar más sano en el que estoy hoy. Sé que Dios me dio esta vida porque soy lo bastante fuerte para vivirla. Nos dio a todos y cada uno de nosotros una vida única porque todos somos lo bastante fuertes para superar cualquier reto que se interponga en nuestro camino para convertirnos en lo que Él quería que fuéramos.

Que sepas que no estás solo.

Cuando sientas miedo, sé valiente y tiende la mano. Ha habido muchas veces en las que he hecho que mi madre o mi mejor amiga se acostaran conmigo para evitar que me hiciera daño. Me alegro de que estuvieran ahí cuando se lo pedí. Me quieren, y a ti también. VALEMOS LA PENA. Me enorgullezco de lo lejos que he llegado y de la fuerza que me he ganado con ello. Tú también deberías: todos merecemos esta vida con la que hemos sido bendecidos».

¿Te has sentido alguna vez completamente solo? ¿O como si te utilizaran y abusaran de ti en tus relaciones? Quizá no sea una decisión de embarazo a la que te enfrentas, o quizá sí lo sea. Independientemente de cómo estés luchando, estamos aquí para escucharte y ayudarte. Tu historia importa, y queremos escucharla. Tú lo vales. Gracias, T, por ser tan vulnerable y por tomar medidas para asegurarte de que estás sana. Necesitamos que prosperes como la persona que pretendes ser para que podamos disfrutar de ti y de los dones que aportas al mundo.